Antonio Amundarain Garmendia, fue un sacerdote abierto, sencillo y generoso, que orientó su vida apostólica y virtuosa a sembrar el bien y el amor a Dios.

Comprendió desde joven que el mundo nuevo necesita estilos nuevos y trabajó con ilusión para ofrecer esos nuevos caminos a la Iglesia.

Nació en Elduayen (Guipúzcoa) en 1885. En 1901 ingresó en el Seminario y en 1909 recibió la ordenación sacerdotal. Párroco de Baroja y luego de Zumárraga, muestra gran interés por la catequesis y por la labor de la dirección espiritual de las almas. En 1925 inicia el primer grupo de la «Alianza en Jesús por María», como Pía Unión.

En 1946, entregado ya del todo a su obra, se traslada a Madrid con las Consejeras de la Alianza, para poder dirigir mejor la empresa. Fallece el 1954.

Sus escritos más catequísticos son «Getsema­ní», «Jesús del Evangelio», «Manual de formación Aliada», «Quiero», «Sic Facite» y «Silbidos del Pastor».

Mons. Lahiguera se explicaba tanta actividad del modo siguiente: «Era el hombre de Dios. Vivía en una altura sobrenatural tan de cumbre, que sólo se le podía mirar levantando la cabeza. Y es que veía a Dios. Su vida era eminentemente sobrenatural y vivía tan sobrenaturalizado porque era limpio de corazón».

Este ejemplar sacerdote guipuzcoano cuya causa de Beatificación ya abierta es encomendada todos los años por nuestra Hermandad, perteneció a la misma realizando incluso la Estación de Penitencia como nazareno acompañando a nuestros Sagrados Titulares.