Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas 

Imagen del último cuarto del siglo XVII que sustituyó al primitivo titular realizado en pasta de madera de Pedro Nieto. Consta el encargo de una talla de Nuestro Señor a Alonso Martínez, discípulo de Martínez Montañés, aunque el repentino fallecimiento del escultor el mismo año del encargo (1688) hace dudar de la completa autoría de éste.

Documentalmente consta un encargo con Francisco Antonio Gijón para la ejecución de andas y misterio con las imágenes de Nuestro Señor y Simón de Cirene en 1687. Así y todo la imagen de nuestro titular no se encuentra documentada plenamente como obra de Gijón, si bien aún conserva afinidades formales propias del maestro.

Es una talla en madera para vestir de 1’15 m, que representa el momento en que Jesús cae por tercera vez en su camino hacia la cruz. Porta el Señor la cruz sobre su hombro izquierdo, mientras aguanta el embate propio de la caída con el brazo derecho sobre un montículo rocoso.

Es admirable el naturalismo sufriente de la Imagen, especialmente en zonas no visibles como son las piernas, que reflejan de manera real la caída de un cuerpo exhausto, junto a la expresividad del rostro que conmueve por la ternura que se desprende de la dulzura de su mirada.

En 1929 Francisco Marcos realiza un cuerpo en sustitución del antiguo candelero; y ya en 1974 José Rivera García realiza sobre la Imagen una labor de limpieza donde salió a la luz la primitiva policromía, eliminando los repintes que la ocultaban. En 1999 fue nuevamente restaurado y consolidado por Enrique Gutiérrez Carrasquilla.

Nuestra Señora de Loreto

Imagen de candelero para vestir de autor anónimo, ejecutada en madera policromada. Por los Libros de Mayordomía, tenemos conocimiento sobre la fecha de ejecución: 1717, al constar los recibos de “los pagos que hize al Maestro que hizo la Virgen”, sin que conste en lugar alguno el nombre de dicho Maestro.

Representa a la Virgen María en sus Misterios Dolorosos, carácter que denotan las lagrimas del rostro (dos en cada mejilla) y los atributos que porta (pañuelo y puñal).

La Imagen fue restaurada por Sebastián Santos Rojas en el año 1955, que cambió sustancialmente la inclinación del rostro (de izquierda al frente) además de la policromía. Es la imagen virginal de clásica sevillanía en la intimidad de su dolorida expresión. Tanto rostro como manos se encuentran imbuidos de una gran dulzura y serenidad, muy lejos de presupuestos artísticos anteriores de imágenes de sufrimiento. El rostro de la Virgen de Loreto es reflejo de un dolor suave y preciso, que no desvirtúa las facciones. Mide 1’61 m. En 2015 ha sido restaurada por Pedro Manzano Beltrán.

María Santísima de las Nieves

Imagen titular de la antigua Hermandad Sacramental de San Isidoro, de candelero, sedente y que porta en su regazo al Niño Jesús. Mide en conjunto 86 cm. de altura, siendo un eco del modelo mariano de la “Theotokos”, donde se presenta a María como divino trono del Salvador.

Corresponde a la tipología de las imágenes marianas fernandinas tan propias de la zona, como la Virgen de los Reyes o la Virgen de las Aguas del Salvador. Podemos encuadrarla dentro de las corrientes escultóricas del XVI hispano. Este icono mariano representa gran serenidad y clasicismo en su composición y morfología.